Con este sello alemán que trae la efigie de JAKOB FUGGER (1459-1525) vamos a recordar a este personaje de Augsburg, el banquero y comerciante más rico de la Europa de su tiempo.
Su hábil aprovechamiento de los recursos naturales le llevó al monopolio del cobre en Europa. Subvencionó a las casas reales, la alta nobleza y a la Iglesia católica.
Creó en Augsburg la "FUGGEREI", zona de viviendas sociales para los pobres con un alquiler de un florín al año= €0.88. Las visitamos hace algunos años.
Las relaciones legales fueron ordenadas por él y aún hoy siguen vigentes. La institución acoge a los ciudadanos de Ausgburgo empobrecidos sin culpa propia.
Estas viviendas constan de 3 habitaciones y la cocina. Admiten matrimonios y también personas solas jubiladas de manera vitalicia.
Los bombardeos de la Guerra Mundial la destruyeron en gran parte pero a los diez años ya estaba reconstruida. La FUGGEREI constituye una pequeña ciudad en el seno de Augsburg. Tiene puertas propias que se cierran de las diez de la noche a las cinco de la mañana para mantener la tranquilidad y la seguridad. Hay un vigilante nocturno. Dispone de asistencia de los enfermos e iglesia propia con sacerdotes vinculados.
Es admirable que este hombre haya creado hace cuatrocientos años una institución semejante movido por su amor al prójimo. Diariamente se le recuerda en las plegarias en su iglesia de San Marcos. Hoy vendrían bien muchas FUGGEREI creadas por los actuales banqueros...
Su hábil aprovechamiento de los recursos naturales le llevó al monopolio del cobre en Europa. Subvencionó a las casas reales, la alta nobleza y a la Iglesia católica.
Creó en Augsburg la "FUGGEREI", zona de viviendas sociales para los pobres con un alquiler de un florín al año= €0.88. Las visitamos hace algunos años.
Las relaciones legales fueron ordenadas por él y aún hoy siguen vigentes. La institución acoge a los ciudadanos de Ausgburgo empobrecidos sin culpa propia.
Estas viviendas constan de 3 habitaciones y la cocina. Admiten matrimonios y también personas solas jubiladas de manera vitalicia.
Los bombardeos de la Guerra Mundial la destruyeron en gran parte pero a los diez años ya estaba reconstruida. La FUGGEREI constituye una pequeña ciudad en el seno de Augsburg. Tiene puertas propias que se cierran de las diez de la noche a las cinco de la mañana para mantener la tranquilidad y la seguridad. Hay un vigilante nocturno. Dispone de asistencia de los enfermos e iglesia propia con sacerdotes vinculados.
Es admirable que este hombre haya creado hace cuatrocientos años una institución semejante movido por su amor al prójimo. Diariamente se le recuerda en las plegarias en su iglesia de San Marcos. Hoy vendrían bien muchas FUGGEREI creadas por los actuales banqueros...
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