Había en un pueblo un hombre muy pobre que tenía un caballo muy hermoso. Era el caballo tan bonito que los señores del castillo querían comprárselo pero él lo rehusaba.
"Para mí este caballo no es un animal, es mi amigo. ¿Cómo voy a vender a un amigo?"
Una mañana fue al establo y allí no estaba el caballo. Todos los del pueblo le dijeron: "Ya te lo habíamos dicho que lo vendieras. Y ahora... te lo han robado. ¡Qué mala suerte?"
El hombre viejo respondía: ¿ Mala suerte o buena suerte... quién lo sabe?"
Todos se reían de él. Pero a los quince días el caballo apareció acompañado de una nube de caballos salvajes. Había seducido a una hermosa yegua y venía con toda la yeguada.
"¡Qué suerte!" decían los del pueblo.
El hombre y su hijo se ponen a domar a los caballos salvajes. Pero una semana después el hijo se rompe una pierna en la faena.
"¡ Qué mala suerte!" le decían entonces sus amigos. "¿Qué vas a hacer tú ahora, tan pobre, si tu hijo no te puede ayudar?"
El hombre viejo respondía: "¿Mala suerte?... ¿Buena suerte? ¿Quién lo sabe?"
Algún tiempo después el señor del castillo enrola a la fuerza para la guerra a todos los jóvenes disponibles del pueblo. A todos... menos al hijo de nuestro hombre, que tenía rota la pierna.
"¡ Qué suerte tienes: tu hijo se ha librado y los nuestros van quizás a la muerte!..."
El viejo hombre respondía: " ¿Suerte o mala suerte?... ¿Quién sabe?
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El futuro se nos va entregando por partes. Jamás sabremos lo que el porvenir nos reserva. Pero la expectación positiva nos abre las puertas de la suerte, de la creatividad, y nos hace más felices.
¿La crisis? Será un drama para unos; una oportunidad, una suerte para otros.
¿La crisis? ¿Mala suerte o buena suerte? Chi lo sa???
1 comentario:
Así es, esto se está escribiendo por capítulos y ya se verá. De momento para mi sigue más en vigor que nunca el dicho: "no hay mal que por bien no venga".
Gracias por la visita y las bonitas palabras.
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